Además de estos, entre los infantes ligeros probablemente habría jabalineros hispanos y africanos (posiblemente númidas). Y también es coherente con el hecho de que al segundo día de cruzar el río, las vanguardias de ambos ejércitos que forrajeaban se detectasen mútuamente (Polibio, Historias, III, 65, 2). Y después de esta sitúa la reseñada marcha de ambos ejércitos de dos días de los que al menos uno sería junto al río, hasta que las avanzadas de estos toman contacto, tras lo cual acampan. Este área estaría además frente a la ciudad de Clastidium, situada en la otra margen del Po, lo que explicaría la afirmación de que la batalla fue en sus cercanías dada por Cornelio Nepote (Sobre los hombres ilustres, 3, 23, 4, 2). Teniendo en cuenta que en este combate los participantes romanos ascendían a unos 7.000 hombres, dichas bajas pudieran ser aún mayores. Aparentemente, dada su gran superioridad numérica, Aníbal los debió tener en segundo plano para no hacerlos muy visibles y atraer al combate a los romanos o bien la lucha se hizo inevitable si el encuentro fue más o menos súbito y los romanos no pudieron sustraerse de ella pese a la cercanía de su campamento. A favor de esta opción C está la existencia de restos del foso de un campamento romano al sur de la población de Gamboló. Si el ejército de los pretores estaba en Tanetum lo antes que podría llegar a Placentia sería el 23 de octubre. A partir de ese momento sabemos que los cartagineses tardaron dos días en encontrar ese lugar por donde cruzar el Po (Livio, AUC, XXI, 47, 6). E igualmente es coherente con llevarlo los romanos a la izquierda y los cartagineses a la derecha que en el caso del Tesino obliga a explicaciones más complejas. Este hecho junto con el reparto de tierras asociado a su constitución, provocó la rebelión de los boyos con la complicidad de sus vecinos ínsubres. Esta alternativa cuenta a su favor con que al ir por el sur del Po no entraría en territorio ínsubre hasta que cruza el Tesino si nos atenemos a la zona que los romanos atacaron cuatro años antes, en su camapaña contra este pueblo galo. A su vez, varios escuadrones de caballería (sumando unos 10.000) se situaron en los flancos de la columna principal de infantería, con elefantes en cada flanco. Por otro lado los boyos deberían haber estado movilizados para ponerse en marcha a las pocas horas de recibir la comunicación, algo muy complicado aunque no imposible. En ese momento el cónsul mandó a Roma a los dos pretores Cayo Atilio y Manlio Vulso pasando a ostentar el mando en solitario (Apiano, Guerra de Aníbal, 5, 5). La duración del combate aparenta ser elevada de acuerdo a Polibio (Historias, III, 66, 3), pero dada la rapidez de movimientos de la caballería y la evidente superioridad en las alas de los púnicos, resulta poco creíble que pudiese ser así. Partimos de las referencias cronológicas de la batalla de Trebia. Roma se vio obligada hasta el último año de la guerra a mantener un ejército permanentemente en el área. El crédito de Aníbal nada más cruzados los Alpes aún era escaso, como demuestra el hecho de que los propios galos que al parecer ya habían pactado con él, no se atrevieran a unirse a su ejército una vez se presentó en su territorio debido a la cercanía de las tropas romanas. En esa localización evitaba tener que cruzar el Durance y doblemente el Ródano al dejar al sur la isla de Barthelasse, máxime teniendo una tribu hostil al otro lado de estos obstáculos. Esto deja las fuerzas ligeras romanas en unos 4.750 hombres, en su mayor parte lanceros. Teniendo pues en cuenta los dos días que tardó en hallar el punto de paso del Po y probablemente un día más en habilitar su puente de balsas y comenzar el cruce, más otros dos desde ahí hasta el río Trebia, su llegada a este último sitio debió tener lugar no más de una semana después de la batalla del Tesino, lo que nos coloca en el entorno del 14 de noviembre. Teniendo en cuenta que desde Placentia a Roma hay unos 550 km, es difícil que un mensajero a caballo llegase antes de tres días. Un último punto a tener en cuenta con esta suposición es la entrada en territorio ínsubre. Al día siguiente es el combate. El siguiente dato con el que contamos es el ya reseñado de Polibio (Historias, III, 65, 1) del movimiento de ambos ejércitos tras cruzar los romanos el río. De hecho estos estaban reunidos en Ruscino, muy próximos al sitio donde acampó Aníbal y se acercaron rápidamente en cuanto el general cartaginés les emplazó a parlamentar (Livio, AUC, XXI, 24, 2), además de estar previamente contactados por agentes púnicos (Livio, AUC, XXI, 23, 1). Aníbal decidió entonces asegurar sus suministros tomando mediante traición Clastidium, uno de los depósitos logísticos que tenían los romanos en el área (Livio, AUC, XXI, 48, 8-10). De ahí que la frase del mismo autor sobre la llegada de Escipión a Placentia antes de que Aníbal detectase que se habían ido del Tesino es poco creíble. Dada la escasa distancia entre ambos, el encuentro debió tener lugar menos de media hora después de haber salido. Tras esto volvió a la costa, en lo que debió invertir los mismos tres días que a la ida, por lo que la llegada a sus naves debió ocurrir el día 6 de octubre, por lo que tras el embarque, se pudo poner en camino el 7 de octubre. El análisis de la caballería permite también hacerse una idea razonable de la composición de los 6.000 jinetes que pasan los Alpes. Esto significa unos dos días de marcha, lo que acercaría dicho punto de cruce al entorno de la actual población de Bastida Pancarana. Sin embargo en las fuerzas de infantería ligera sí que debió haber una elevada mortandad (Polibio, Historias, III, 65, 9-11) que provocó su rápida dispersión (Livio, AUC, XXI, 46, 9). Por ello buscarían un punto de cruce en el Po antes de que el caudal del mismo creciese con los aportes del Tesino, o sea aguas arriba del punto de encuentro de ambos ríos. En esta última batalla además el total de caballería púnica también era de 10.000 jinetes (Polibio, Historias, III, 114, 5), por lo que en el periodo descrito la caballería cartaginesa no varió de número ni tuvo incorporaciones conocidas. El detalle de la polvareda es propio de la marcha por llanuras y de una cierta lejanía a un cauce donde los terrenos tienen una humedad natural que dificulta este fenómeno. Gredos, Cornelio Nepote, Sobre los hombres ilustres, Tomo 3, Sobre los más destacados generales de los pueblos extranjeros, 23, 4, 2, Paulo Orosio, Historia contra los paganos, IV, 14, 21, Eutropio, Breviario de la historia de Roma, Libro III, 8, Asconio Pediano, Cinco narraciones de la oratoria de Cicerón, “El Senado contra Lucio Pisón”, vers. Más atrasada que esta pero igualmente formando parte del frente se encontraba la italorroma (Polibio, Historias, III, 65, 5). En apenas un mes, tiempo entre esta batalla y Trebia, algunos pueblos galos de la zona se unieron a los cartagineses con un nada desdeñable contingente de 4.000 jinetes y 8.000 infantes de este origen. Colocó una línea de infantería ligera de 1.000 hombres y, detrás de ellos, dispuso la fuerza principal de infantería compuesta por unos 20.000 hombres, un ejército multirracial en el que no sólo había cartagineses, sino también libios, aliados iberos y galos. A estos habría que añadir un indeterminado número de elefantes que sabemos que llegaron a participar en la batalla de Trebia, por lo que en Tesino ya formaban parte del contingente púnico. Ed. Polibio informa que Aníbal tarda 15 días en cruzar los Alpes (Polibio, Historias, III, 56, 3), 10 días en llegar desde el punto de cruce del Ródano y el principio de la cordillera cubriendo 800 estadios (Polibio, Historias, III, 50, 1), y 5 días más en cruzar el Ródano desde que llega y acampa en su ribera occidental (Polibio, Historias, III, 43, 1). Para Roma no sólo fue el inicio de un conflicto que la llevó al borde del abismo y que puso a su alianza con el resto de pueblos itálicos en entredicho. Así pues, de los 6.000 jinetes que pasan los Alpes unos 4.000 eran caballería ligera de origen númida y los otros 2.000 monturas pesadas de procedencia hispana mayoritariamente. Correspondió a estos el inicio de alistamientos y aprovisionamiento de pertrechos. Sin embargo, el cónsul Publio Escipión, antes de retornar a Italia desde el Ródano, embarcó una pequeña parte de él y costeando por Genua (Livio, AUC, XXI, 32, 5), desembarcó en Pisa (Polibio, Historias, III, 56, 5-6 y Livio AUC, XXI, 39, 3). Si el 7 de septiembre retornó la segunda embajada a Roma, lo más tarde que Escipión debió partir de la misma ciudad sería el 6 de septiembre. Esto lleva el combate al espacio situado entre la actual ciudad de Dorno y el punto de cruce sobre el Tesino muy próximo a su encuentro con el Po (opción D). La opción D supone un trayecto de vuelta a Placentia desde el campamento romano junto al río Tesino de unos 45 km. Ambos movimientos parecieran producto de una muy mala exploración previa, algo poco lógico dado que los dos contendientes contaban con aliados galos a su lado y que sabemos que al cruzar el Po al menos el romano ya sabía de los movimientos de su rival en territorio taurino y Aníbal de su presencia en el área. Estas fuerzas ligeras estaban integradas por honderos y jabalineros o lanceros. El primero es el temor que se había instaurado en los territorios romanos al conocer l… Adicionalmente su lejanía al curso fluvial hace improbable que la batalla se conociese por dicho nombre. Atrapados entre las fuerzas de Aníbal, los romanos masacrados, perdiendo más de la mitad de sus fuerzas. En resumen, las reconstrucciones temporales de los hechos realizadas con romanos y cartagineses indican que Escipión completó el cruce del Po no muy lejos de Placentia el día 4 por el puente de balsas al que alude Livio (AUC, XXI, 47, 2) que incluso podía existír ya, habiendo avanzado entonces por la margen Norte de este río con dirección Oeste durante los días 5 y 6 de noviembre hasta llegar al Tesino donde detectó al enemigo y acampó. Tesino marcó también el reinicio de la guerra gálica. El enfrentamiento entre las caballerías pesadas es favorable a los romanos aunque se habla de abundantes pérdidas. Tras el cruce del Ródano por parte púnica, se produjo el combate de caballería entre las partidas de exploración de los ejércitos romano y cartaginés que hemos datado el 29 de septiembre. Pero en contra de esta ubicación de Victimulae estaría la distancia de cinco millas (algo menos de 7,5 km) que según Livio separaba ambos campamentos. Esto coloca su marcha no antes del inicio de abril.